Casi una tragedia

Desde principios de enero y por cerca de un mes estoy trabajando de tarde-noche. Hoy a eso de las 15:45 escuché el bocinazo del auto que me pasa a buscar para venir a la oficina.

El auto estaba estacionado subido a la vereda, dado que es una calle bastante transitada. Me subí, me ajusté el cinturón y escuché una frenada terrible.

El chofer y yo miramos hacia la izquierda, de donde venía el sonido, nosotros no nos habíamos movido y no estamos tan cerca de la esquina como para que un auto venga frenando desde ahí. Lo que vimos fue un Chevrolet Corsa que venía bloqueado dejando las cubiertas cuadradas.

Miramos hacia la derecha a ver el porqué de la frenada (mientras todavía se producía) y allí apareció una nena que no superaba los tres años cruzando la calle llorando, asustada por la frenada del auto.

Dios mío... fue lo único que alcancé a decir mientras la veía correr, ella llegó a la vereda, subió y siguió llorando. Me bajé del coche y fui hacia la nena

Detrás de ese Chevrolet (que se fue) venía otro auto que estacionó de la vereda de enfrente. Se bajó una mujer casi al borde de las lágrimas.

La alzó y me preguntó si sabía de donde era, ante mi negativa le preguntamos a la nena, pero ella estaba llorando y solo señalaba en una dirección. Ambos nos pusimos a caminar señalandole a la criatura las casas y ella nos decía que no, cuando se fue calmando, solo levantaba su brazo y decía allá.

Caminamos unas tres cuadras junto con la nena y esta señora, decíamos solita no se puede haber alejado tanto... y en un momento la nena señala una vivenda y nos dice allá!.

Había un hombre en la puerta a quien le pregunto ¿usted es el padre de esta nena? me responde que era de la casa de al lado.

Al lado estaba la puerta entreabierta, todo empezaba a cerrar, pero tenía ganas de ver quien era aquel que había dejado salir a la nena y al golpear la puerta se asomó (para completar el cuadro) una mujer con evidentes sintomas de una enfermedad terminal, y nos dijo que la nena seguro había salido a buscar un perrito que les habían robado. La abrazó y se fue para adentro.

Con la señora volvimos esas tres cuadras sin hablar los primeros cien metros, veíamos que la nena para llegar a donde la encontramos tuvo que cruzar tres calles, dos de ellas de doble mano.

¿Todo esto caminó sola? preguntó

Es evidente que los ángeles siempre cuidan a los chicos... atiné a responder