lunes, julio 21, 2008

El flaco

No se en que momento definir cómo empezamos a ser amigos. Tal vez no hay algo decisivo, tal vez hay una serie de hechos que van desembocando en una historia y, en algún instante te das cuenta de que lo sos.

Nos conocíamos por la concurrencia a la Iglesia, y alguna vez en alguna reunión o un cumpleaños, quien sabe, hablábamos de los gimnasios. Y vos me comentaste hay de doce pesos, también de diez pesos. Con el negro vamos a uno de tres pesos. Un par de semanas después, empecé a ir yo. Un poco me interesaba, pero aparte iban ustedes y sabía que me iba a entretener. Puede ser ese un punto de partida.

Después, bastante después, llegó el momento de que vayamos juntos a Los tíos cantores a comer sabe Dios qué o a Antonito V a llenarnos de pizza. Era paradójico hacerlo cuando salíamos del gimnasio, pero era también una excusa para estar un rato mas juntos. Lo gastronómico también nos une con nuestra común aversión a la cebolla, y si la heladería Leoyak hablara... daría testimonio de los kilos de dulce de leche granizado y super sambayón que hemos consumido allí.

Pasó el tiempo y las actividades también fueron variando. Los dos elegimos sufrir, futbolisticamente hablando, algunas veces te acompañé al Cilindro a ver a tu Racing y vos viniste conmigo al Palacio a ver al Globo, creo que las únicas veces que pudimos compartir una alegría con la redonda fue a través de la Selección.

Aparecieron los códigos. Implícitos o nó. Cuando a cada uno de los dos en su momento nos tocó la despedida de soltero, mientras los demás nos hacían bolsa a huevazos, entre nosotros no nos tiramos nada. También había un juego que no recuerdo como era, que solíamos jugar entre varios y que tenía que ver con el que tenía una carta determinada, y en el que nos avisábamos mutuamente pateándonos en forma sutil por debajo de la mesa.

También compartimos aquella mañana en el bar de Carlos Calvo y Boedo, junto con todos los clase sesenta y siete el sorteo de la colimba, cortando clavos a ver qué nos tocaba. Los dos zafamos, en diferentes instancias. Pero la zafamos igual.

En algún momento, también impreciso, surgieron los mejores, nuestra forma de autodenominarnos. Por aquella época, solía decirle a quien luego fue mi esposa, si te vas a pelear conmigo, hacelo ahora que el flaco está soltero y andate con él. Es el único sobre la tierra con el que no vas a salir perdiendo.

Al estudiar también fuimos vecinos. Compartimos el Pabellón III de Ciudad Universitaria, yo con Arquitectura y vos con Diseño Gráfico, compartimos esos cafés espantosos que servían en el bar, y muchos ratos entre cátedras. Algunos viajes en el 160 de vuelta a nuestro común barrio de Boedo.

Después llegó el momento de mi casamiento, el civil y la Iglesia. Y esa conversación en la puerta de la casa de mis viejos, posterior al brindis por el civil, donde te decía te imaginarás que cuando venga, vos vas a ser el padrino de mi primogénito. Y al día de hoy, con tu ahijada no hablamos de vos por tu nombre, sino como el padrino.

Poco tiempo después, al existir aquel problema que tuviste y que derivó en la cancelación de tu boda, ahí estuvimos juntos. Y cuando hace un poco mas de un año me tocó a mí, ahí estuviste vos. Primero a la distancia y luego acá, viniste a ver a tu ahijada en sus quince años y a que podamos estar juntos unos pocos días. Me aguantaste completamente borracho, contándote cosas que ya sabías, pero que no las hablaba con nadie. Y fuiste vos, quien con toda la razón del mundo me decía no puede ser que hace casi seis años que estás acá, y no tengas un amigo...

El año pasado, aquel operativo que hicimos con tu esposa, para enviar la grabacíon del archivo con nuestro saludo para tus cuarenta años... toda las variables que tuvo, y solo con el motivo que sabía se iba a concretar. Que nos vieras junto a tu ahijada y que resultase de alegría para vos.

Hace algunos años tomamos la costumbre de saludarnos el veintiuno el lugar del veinte, como el día de los mejores, a pesar de eso vos me llamaste ayer. Lo que no sabés, es lo bien que me vino ese llamado. Hoy me toca a mí.

Feliz día flaco.

viernes, julio 18, 2008

Dos truenos

Hace varios años yo era dibujante en una revista de arquitectura. Nuestras oficinas estaban en el piso catorce de la Galería Güemes (Florida y Bme. Mitre, Capital).

Mi lugar de trabajo estaba junto a la redacción, que tenía su ventana mirando hacia la zona de Retiro. Un día como absolutamente cualquier otro estaba haciendo vaya uno a saber qué, y necesité unas fotocopias. La fotocopiadora que teníamos estaba en un pasillo saliendo de la redacción. Estaba sacando esas fotocopias cuando escuché un trueno. Bien fuerte.

Recuerdo perfectamente haber pensado Pero, si está soleado... e instantes después al volver hacia la redacción y ver por la ventana, se podía ver un enorme hongo. Ese día era el 17 de Marzo de 1992, ese hongo estaba a unas doce cuadras de mi trabajo, y debajo de él se estaba disolviendo la Embajada de Israel.

Dos años después trabajaba en la misma revista, ahora estábamos en Río de Janeiro y Av. Rivadavia. Una mañana, hace hoy catorce años escuchamos un trueno, mas apagado esta vez, pero bien audible, que nos hizo levantar la cabeza a todos de nuestros escritorios. Un par de minutos después, alguien avisó Volaron la AMIA...

Luego, revisando historias, leyendo sobre el tema, uno se da cuenta que le pudo pasar a cualquiera. Solo había que estar en la zona.

Vaya este sencillísimo homenaje a todos los tuvieron esa desgracia. La de estar.

jueves, julio 17, 2008

La 125

Este no es un blog que se destaque por los análisis políticos, de hecho, si pretendiera hacer uno, pobre sería el resultado.

Cuando la democracia retornó a nuestro país en 1983, yo tenía 16 años. Recuerdo que solía jorobar a mi viejo para que me llevase a ver sesiones de diputados o senadores. Quería ver cómo, funcionaba todo ese maravilloso andamiaje que haría retornar a nuestra patria a la senda de la paz y la justicia y marcaría los destinos que, de allí en adelante, solo se centrarían en garantizar el bien común de todos los argentinos. Reitero, tenía 16.

Hoy, a los 41, desde el punto de vista político no le creo absolutamente nada a absolutamente nadie. Y han sido los mismos políticos quienes se encargaron de convencerme de que así sea.

He votado desde 1985. Mi primer voto fue para diputados porteños, por la UCR y su lista 3, que si mal no recuerdo, encabezaba Marcelo Stubrin. De allí en mas hubo de todo un poco. Pero mis votos estuvieron dominados por algo que, finalmente, me terminó dando bastante bronca por la no concordancia con lo que pudiera pensar en ese momento, y era el voto por el mal menor.

Me harté de votar por A solo para que no gane B.

Alguna vez comentaba en una charla entre amigos, que si el voto fuera optativo como en otros países, a mi no me ven mas. Salvo que alguien en especial o un proyecto en particular, motive que concurra a votar.

Aunque siempre hay un pero (por pequeño que fuera) y lo de anoche podría interpretarlo como uno de esos pequeños peros, que motivan a pensar en que tal vez haya alguna esperanza.

Estaba en mi casa, cabrero, porque canal 7 tenía una emisión especial por la votación en el senado y por consiguiente había suspendido el programa de Pigna. Lo vi un rato hasta que me dormí. Honestamente no me interesaba, no porque no fuese importante el tema, sino porque estaba seguro que la Banelco, las servilletas y todo lo que forma parte del folklore legislativo estaban en su cumbre de rendimiento.

Y, también, era un proyecto que no iba a ser rechazado. En este país los proyectos del ejecutivo no pierden.

Hoy por la mañana, al enterarme que Cobos votó en contra y mandó la 125 al freezer, sentí un poco de aire fresco y no por estar en Tierra del Fuego. Estoy seguro, completamente seguro, que de uno y otro lado hubieron manejos, tranzas, chicanas, de todo un poco.

Ojalá que el Poder Ejecutivo pueda aprender alguna que otra lección de esta derrota.

1) Que el estar en desacuerdo con sus posturas no significa ser un golpista, sino pensar distinto y nada mas.

2) Que no hace falta hacer actos y mas actos, llenar plazas, transformar una ciudad en un despelote por donde no se puede circular.

3) Que el discurso del Ejecutivo no tiene que ser el de la confrontación ni el de los gritos, no hace falta.

4) Que la gente no es estúpida, tiene total conciencia de la utilización de brazos armados y no le resulta agradable. Lástima que no se dieron cuenta antes, ahora quedaron como medio pegaditos a D'Elía...

5) Que la democracia no está en peligro. No rompan mas con ese cantito.

6) Que el voto por disciplina partidaria es algo que no entra en la cabeza de un ser pensante. Eso es decirle a un legislador vos estás acá gracias al partido. Cuando en realidad está en su banca porque lo votó la gente.

7) Que hoy mucha gente está contenta porque el Ejecutivo resultó derrotado en una votación. Básicamente porque el mensaje impuesto era esto es así porque es así.

Y, por último, una para nosotros. Espero que podamos aprender la lección que estamos viviendo en estos momentos y que todavía vamos a vivir. Que aparezca una figura que no se prende en debates, que el ser pareja del Presidente "garantiza" que su gestión de gobierno será una continuidad de la anterior, que prácticamente no hace una campaña como los demás candidatos ni formula propuestas porque corre con el caballo del comisario, y que encima gane. Pues nos la merecemos.

lunes, julio 14, 2008

Orión

Desde chico me gustó mirar el cielo. La ecuación tiempo/distancia de la luz es algo que me atrapó ni bien tuve conciencia de su existencia.

Cuando en alguna conversación informal se menciona el tema de viaje en el tiempo, suelo comentar ¿Querés ver el pasado? mirá el sol, siempre lo vas a ver como era hace ocho minutos... Justamente, por las inmensas distancias que recorren, vemos el sol en tiempo pasado y también nos sigue llegando luz de estrellas que ya están muertas.

Decía que siempre me gustó observar el cielo. recuerdo haber ido varias veces al planetario y también observé planetas y nuestra luna a través de un telescopio. Sin embargo solo hay una constelación que puedo reconocer.


Orión está directamente ligado a su cinturón, constituído por Las Tres Marías, que junto con la Cruz del Sur son (creo) los dos grupos de estrellas mas conocidos por la mayoría.

Entonces, este grupito de tres estrellas era algo que solía buscar de noche. Cuando también supe que formaba parte de una constelación, y encima que podía encontrar y comprender a simple vista, tuvieron otra importancia mayor.

Mientras estuvimos de novios con quien luego fue mi esposa, hablamos alguna vez del tema. Y solíamos buscar a Orión entre las estrellas del cielo.

Ahora (hablando de otra cosa) mientras viví en Capital Federal (mis primeros treinta y cinco años) solo moré en cuatro lugares diferentes. Hace seis años que estoy en Tierra del Fuego y ya habité en seis lugares. Hará unos cuatro años, mientras entrábamos a nuestra casa y atravezábamos un patio le digo a mi esposa mirá quien está ahí

Teníamos a Orión, perfectamente de frente, parecía que nos había seguido hasta Río Grande. Luego otros fueron los caminos, cada uno siguió su rumbo, y hace poco cuando mis hijas vinieron a vivir conmigo, también surgió la necesidad de otra mudanza, que concretamos durante este fin de semana que pasó.

Hace dos noches que dormimos entre muebles desarmados, cajas, bolsas, y pasando por donde podemos, en pocos días todo va a estar nuevamente ordenado.

Y (volviendo a cambiar de tema) cuando yo llego a mi trabajo, la traffic que nos trae nos deja en las oficinas de la planta petrolera, de allí un primer café, recoger algunas cosas para llevar, e ir al trailer donde es, efectivamente, mi despacho. Para ir al trailer camino unos sesenta/setenta metros a través del estacionamiento de la planta.

Por supuesto que ya lo había visto antes, pero en esta época de noche cerrada por las mañanas, después de un nuevo cambio de lugar de residencia, organizando una vez mas mi vida... y hoy en especial que estaba totalmente despejado, mientras caminaba derechito sobre el hielo hacia el trailer lo tenía de frente.

A mi amigo, el guerrero Orión. A quien veo siempre desde chico.

Donde me vas a llevar esta vez, turro? le pregunté

Y... las estrellas parece que parpadearan cuando uno las observa, pero había una que lo hacía mas que las otras.

Para mí, que el guerrero me guiñaba un ojo.

martes, julio 08, 2008

Desafío gastronómico

Hace unos días, desde su espacio, Gringa me ha invitado a cumplir con este desafío que ahora cumplo. Algunas cosas ya son conocidas

1) Alimentos que no me gustan
Lechón
Cualquier cosa a la vinagreta
Cualquier cosa con anchoas
Cualquier cosa con mucho ajo (zafa el pesto)
No incluyo en este punto a la cebolla, porque la misma no es un alimento sino una aberración, un error, un castigo.

2) Tres comidas favoritas
Pasta asciutta con aceite de oliva y queso rallado
Vacío a la parrilla, sangrante
Guiso de lentejas

3) Bebida favorita
Cerveza, negra y artesanal

4) Receta favorita
Favorita porque es la única que hago... ñoquis Blancaflor (me salen petaculares)

5) El plato que deseo lograr
Ninguno en especial, soy bastante vago para la cocina.

domingo, julio 06, 2008

Véanla

Recién termino de ver, creo que por quinta vez, la película Hitch, protagonizada por Will Smith. Y cada vez que la observo le encuentro algo nuevo.

No soy crítico de cine, pero a quien no la haya visto, se la recomiendo.

-¿Y si bien no es suficiente, y si busco lo extraordinario?

Algunas frases y situaciones son tan reales...

jueves, julio 03, 2008

Estamos de fiesta

Por fin sonó un tiro pal' lado de la justicia...



Dos Martín Fierro ganados por Peter. La escuela de Todo x $2 y Cha Cha Cha tenía que rendir un fruto en forma de premio

martes, julio 01, 2008

1 de Julio

El siguiente texto está tomado de Todoarquitectura.com y fue en su momento dedicado por un abogado, el Dr. Daniel Butlow a uno de mis colegas, el Arq. Raúl Usandivaras.

Un poco nos retrata a la inmensa mayoría de los que hemos abrazado esta profesión, desbolados, indecisos, sabiendo que siempre hay una vuelta de rosca mas...

Como a veces digo a quienes trabajan conmigo aquí, en la planta petrolera, aun cuando estemos hablando de cualquier tema... ustedes no me entienden, porque yo soy un artista (con el tiempo justo para salir antes de que me revienten a patadas).

Entonces hoy, Día Internacional del Arquitecto , pa' que sepan como somos.

POR ESO ES MI ARQUITECTO

El timbre ha sonado media hora después de lo previsto. Sin duda es él. Me he dado cuenta porque siempre llega una hora tarde y esta vez prometió ser puntual.

Nos saludamos. Me distraen sus canas que no advertí en la primera, en la segunda..., ni siquiera en la tercer encomienda y que ahora lo hacen suponer más experimentado, más seguro, tal vez mejor arquitecto.
Tengo poco tiempo. Él también, y como ambos lo sabemos, tratamos de ir al grano...

El plano de la remodelación no pudo traerlo. El presupuesto es aproximado. La bajada de techos quiere seguirla estudiando y la iluminación necesita otro tipo de solución, que aún no se le ocurrió.

No me sorprendo y acepto su inveterada costumbre de dibujar croquis en las paredes de las nuevas salas que son motivo de la ampliación.

Escucho atentamente sin tratar de disimular mi satisfacción por sus soluciones. Años de experiencia y convivencia con sus obreros y contratistas, me han enseñado que finalmente tiene razón, o mejor dicho razón acompañada de talento, que deberé pagar con la dura moneda de la paciencia en la entrega de la obra.
Acepto el proyecto que no vi y pasamos al presupuesto que sí veo, pero que es aproximado. Está hecho de forma alternativa de tal manera que yo, que nada sé de arquitectura, pueda optar entre variantes de las que sólo puedo diferenciar el precio.

Opto, como siempre, por la variante que él decida aconsejable porque sé que el desarrollo de la obra, sumado a su buena fe y experiencia lo irán decidiendo.
Naturalmente aportaré mis gustos personales, la crisis que padezca durante la obra y el resultado de las presiones sociales que en ese momento me importen, pero sé que tampoco él se asombrará de esas cosas.

Nos saludamos. Una vez más hemos firmado verbalmente nuestro compromiso de respetarnos y de confiar el uno en el otro, más allá de lo que pudieran decir los papeles.
Ya se fue. Advierto que ni siquiera hemos tenido tiempo de tomar el café que nos sirvieron y trato de relajarme mientras pienso si no me he apresurado en la decisión.
Tomo un papel. Intentaré escribir las razones por las que me he comportado, fuera de mi libreto habitual, todo lo contrario de lo que haría un prudente abogado.

El lápiz se traba, parece más pesado que de costumbre. Se niega a escribir que conozco a este arquitecto desde hace quince años; que nunca se ha dejado impresionar porque yo goce de la amistad y el asesoramiento de las glorias arquitectónicas del momento; que jamás he necesitado de ningún papel para reclamar lo que por derecho, por moral o por justicia me corresponde; que ha estado junto a mí y a mis obras cuantas veces lo he necesitado sin recordar siquiera cuántos años habían pasado desde que me entregara su trabajo, y que hay algo intangible que lo hace mejor que nadie... mi confianza.
Ahora el lápiz se ha vuelto más ágil y en el papel blanco acierto a escribir sólo dos palabras... por eso.

Minutos más tarde completo la frase que ahora dice por eso, es mi arquitecto.