martes, febrero 24, 2009

Certeza

Si, independientemente del cansancio acumulado, estás esperando las 06:05 para escuchar el bocinazo que indica que te pasaron a buscar para ir al trabajo, es evidente que algo no anda bien.

En especial cuando, a pesar de que luego tuviste otras actividades, al acostarte te das cuenta que las laborales fueron las horas que más disfrutaste en el día.

jueves, febrero 19, 2009

Aprendan

Ni avioncitos, ni bailes extraños, ni calesitas, ni gestos de acunar criaturas, lustrar zapatos, chupar dedos, expandirse las orejas o demás tonterías.

Un jugador de fútbol (de los que van quedando muy pocos) sabe como se gritan los goles. No es un actor.



Yo veo este festejo inigualable de Marco Tardelli y me sigue poniendo hoy la misma piel de gallina que aquella tarde de 1982

Aprendan, pechos fríos. Esto es mística.

viernes, febrero 13, 2009

Surmenage

Cuando llegás a tu casa de trabajar una noche cualquiera a eso de las tres de la mañana y la secuencia de tus actos es la siguiente:

- Sacás la llave de tu casa
- La mirás y la volvés a meter en la campera
- Sacás el llavero de la oficina
- Lo observás durante algunos segundos preguntándote por qué son tantas llaves
- Te avivás, lo guardás, volvés a sacar la llave de tu casa y, ahora sí, entrás

Es porque ya estás necesitando vacaciones

miércoles, febrero 11, 2009

Enseñanzas

Alguna vez comenté que iba a ocuparme de los ejemplares que se observan en los gimnasios (pluralizo porque imagino que los especímenes deben ser similares en todos lados) pero eso quedará para otra ocasión. Esto ocurrió la semana pasada.

Resulta que al que yo voy también concurre un muchacho con un evidente retraso mental. No tiene las características fisiológicas típicas del Down, pero se lo observa siempre aislado, con mucha dificultad para la expresión y con algunos temas en la motricidad.

Yo estaba trabajando en la máquina de los hombros y él, junto con una instructora se aproximó a una de las de dorsales, ella le explicó como trabajar en el lugar y él lo intentó en tres o cuatro oportunidades sin mayor éxito. Era evidente lo que le costaba bajar acompasadamente la barra a pesar de estar cargando un peso muy leve (acoto que el muchacho en cuestión es enorme), entonces ante un nuevo consejo de la instructora (cordial en todo momento), este chico la mira y le dice

Es que no quiero romper nada

Me dejó paralizado, pensando ¿y quien te dijo que ibas a romper algo?

A veces cierta información que nosotros los adultos y "sanos" (digamos así) ofrecemos, puede dejar una huella indeleble. Y en algunos casos, dañina.

Este muchacho no nació sabiendo que rompía cosas. Alguien se lo enseñó, seguramente sin mala intención, pero entonces además de sus problemas carga con el peso de la responsabilidad de ser el que rompe cosas.

Portate bien
No rompas nada
Quedate quieto

Esas frases de cabecera pueden tener un doble filo...

jueves, febrero 05, 2009

La búsqueda del tesoro

Leyendas muy antiguas dicen que en donde el arco iris se posa, hay escondido un cofre lleno de oro.

En este caso es un tanque de almacenamiento de petróleo, o sea, mas o menos lo mismo.

Aquí se observa el otro lado y...


Se clava en la bahía San Sebastián.

Las fotos son de hace instantes, en ellas no se observan bien, pero podían verse dos arco iris completos concéntricos.

martes, febrero 03, 2009

Complementos

Alguna vez comenté acerca de estas imágenes, pero siendo que estoy por ahora volviendo de mi trabajo durante la noche, tengo oportunidad de viajar cerca de una hora por la Ruta 3 rumbo a la ciudad, con el detalle que la luz del auto tal vez es la única en kilómetros a la redonda.

Y en esos momentos, cuando todo lo que rodea al vehículo es oscuridad y si la noche está despejada, la bóveda celeste por estos pagos es (les garanto) un espectáculo.

Soy de ir mirando las estrellas, de hecho durante ese viaje, a mano derecha, tengo la compañía de mi viejo amigo, tal vez me sorprende (y me gusta) tanto porque recuerdo mi cielo porteño y su ruinosa mixtura de contaminación y exceso de iluminación.

¿Por qué se me ocurre ésto ahora? sencillamente porque una de las noches de la semana pasada era así. Despejada, venía cómodamente sentado en el asiento del acompañante mirando las estrellas y en el equipo del auto sonaba Credence. La combinación era perfecta. La sonrisa se me dibujaba sola...