viernes, octubre 27, 2006

Respondiendo a una pregunta

La pregunta de Plumetti fue ¿Por qué te fuiste a Tierra del Fuego? Bueno, les cuento mas o menos como fue el asunto con una descripción que cité en la página de Todo Arquitectura. Es un poquito extensa, así que si quieren cébense unos matienzos para acompañar la lectura.

Puedo encabezar el relato con una frase que, realmente, me gusta mucho y es “quien te ha visto y quien te ve”

Hace cerca de catorce años. Ante una oportunidad laboral, parte de la familia de mi esposa se trasladó a la provincia de Tierra del Fuego. Para quienes no conocen Argentina le comento que se trata de la provincia ubicada más al sur y que su nombre completo es "Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur" de modo que dentro del territorio provincial está contenido el sector antártico que Argentina reivindica y nuestras Malvinas y Georgias que disputamos con los ingleses.

Luego, al afincarse y empezar a crecer comenzaron a surgir las invitaciones para ir a vivir allí, que íbamos a estar mejor, con más seguridad y otras posibilidades, etc, etc.

Aquí hago un alto y comento quien soy yo. Reconozco que fui, soy y seré toda mi vida uno de esos porteños repudiados en el resto del país por su agrande. ¿Yo ir a vivir a Tierra del Fuego? Jejeje...

Entretanto las cosas en Capital no iban tan bien desde el punto de vista económico, con trabajo por rachas para los dos y en medio de una inseguridad creciente, que cuando uno vive allí llega a afectar y que tal vez en el momento, por la misma vorágine de una ciudad tan grande pasa desapercibida, pero que está siempre presente. Recuerdo que para mí era habitual escuchar la radio a la mañana mientras me preparaba para ir al trabajo y tomar nota mentalmente de los lugares por donde iban a producirse manifestaciones y cortes de calles, para saber por donde no ir.

Durante el año 2001 las cosas no mejoraban y comenzó a hacerse fuerte la idea de mudarse a Tierra del Fuego. Ocurrió la crisis en donde cayó el gobierno de De La Rúa (recuerdo que desde el balcón de donde vivíamos se veía el humo de los incidentes de la Plaza de Mayo) y tomamos la decisión, que se concretaría en los primeros meses del 2002.

Empezó entonces el despelote de ver que llevábamos, que regalábamos y que dejábamos para después. Pero también la procesión iba por dentro, cuando fue el momento de la partida (febrero) yo tenía en ese momento 35 años y no solo había vivido siempre en la misma ciudad sino que también siempre en el mismo barrio de Boedo.

Llegamos a Río Grande sabiendo que, prácticamente, empezábamos de vuelta.

Durante los primeros días, mientras iba por la ciudad y buscaba trabajo, también trataba de situarme geográficamente. Sucede que cuando uno vivió siempre en un mismo lugar, tiene una especie de "piloto automático" para ubicarse en el mundo y hay una determinada escala de lo que consideramos norte o sur. No quiero generalizar, pero habitualmente para un porteño hablar de norte es hablar de Córdoba y hablar de sur es hablar de, a lo sumo, Viedma. Entonces imagínense como estaba yo, caminando por las calles de Río Grande y pensando "En este momento las Malvinas las tengo al norte ¿donde fuí a parar?".

Y cuando conversaba por teléfono con mis amigotes del barrio, siempre les ponía el mismo ejemplo para que se den cuenta de la escala. Les decía que si decidimos dejar la ciudad vacía totalmente y viajar todos a Capital, entramos (y no llenamos) en el Monumental (Estadio de River Plate)

Como les comentaba, en los primeros meses el tema era ambientarse en la nueva ciudad. También uno debe aprender que no está en una urbe de tres millones de habitantes, sino en una de cuarenta mil. Una vez leí de un escritor (lamentablemente no recuerdo cual) quien afirmaba que Lo peor que tiene Buenos Aires es que nadie te conoce, nadie te ve, y nadie te saluda. Y lo mejor que tiene Buenos Aires es que nadie te conoce, nadie te ve, y nadie te saluda. Entonces cada uno lo toma de acuerdo con su forma de ser. En principio, yo que no soy demasiado sociable, me sentía un poco ahogado entre tanta gente que "se conoce" entre sí.

Unos meses después de la llegada a la isla, surge la posibilidad, que se concreta, de trabajo en la empresa petrolera donde estoy, y allí comienza una nueva etapa. Luego, el hecho de estar en una zona diferente hace que uno vea otras cosas que antes no veía. (Aquí pueden ir al post de Instantáneas Fueguinas y al de Estrellas). A todo esto fue pasando el tiempo, algunas cosas fueron cambiando en este porteño, que si bien no deja de extrañar tomarse un cortadito en la esquina de San Juan y Boedo, una tarde volvía manejando entre dos de las plantas de la empresa y sintió para sí la frase que da origen a esta historia.

Como decía, volvía en dirección norte-sur de una planta ubicada del otro lado de la Bahía San Sebastián, hacia la planta donde está mi oficina. Observaba el paisaje que me rodeaba, dado que, circulando por la Ruta 3 a mi izquierda tenía el Océano Atlántico, al frente y ligeramente sobre la derecha podía ver al fondo los picos nevados de la Cordillera de los Andes, me rodeaba una inmensidad de campo, me veía incluído en ese panorama y pensaba: Ay, Andrés... quien te ha visto, y quien te ve.
Saludos

13 comentarios:

plumetti dijo...

Guau Hurricane!!!! gracias por contestarme la pregunta y contarnos una historia tan insólita como preciosa.

Me imagino lo que te habrá costado el primer desarraigo, el rioba es el rioba vió.

Pero no hay nada mejor que verle el lado positivo al nuevo lugar, no es moco de pavo tener todos los días el océano cerquita para ver el horizonte y mas que mas las montañas así tan imponentes no?

Leía en tu nota, algo de nostalgia y también algo de alegría por haber logrado un cambio semejante.

Feliz vida Hurricane....!!! a vos y a tu flia. . En Tierra del Fuego, en Buenos Aires o en la China....

Che, tienen chicos?

Araña Patagonica dijo...

me encantó.. me encantó y gracias por compartir esta historia tan tuya!!
realmente me emocioné porque le pusiste mucha pasión y mucha objetividad al relato.
Un beso

Magic dijo...

Toda una decisión de vida, no? Admirable. Siempre me pregunto cuál será mi lugar en el mundo. Sigo en esa búsqueda...

Hurricane dijo...

Cp: Gracias, realmente es otra forma de vivir, y si, vale la pena conocerla. Al principio hay cosas que te parecen insólitas, pero que después al tornarse cotidianas les encontrás el sentido (y el encanto)

Plumetti: Por supuesto que el rioba es lo que mas tira, igualmente uno no deja de estar en el país y en contacto con la gente que, por otra parte, puede ver que el cambio fue positivo.
Tenemos dos nenas de 13 y 11

Araña: Son las historias que uno empieza a compartir con los amigos/as de internet ¿no?. Crecí sabiendo que una alegría compartida es una alegría doble, y una tristeza compartida es media tristeza.

Magic: Creo que el asunto es el primer paso, como en casi todo, no sé si mi lugar en el mundo es este. Por ahora sí, pero si tuviera que volver a trasladarme, seguro que ahora no me costaría tanto.

Flor dijo...

Que decision irse asi del lugar donde uno vivio toda su vida, estando tan arraigado a lo que es la ¨ciudad¨ (y el barrio) y ahora apreciar todos esos paisajes. Dificil el cambio de aire (y ojo! no es solo de aire) pero posible y a veces necesario. Definitivamente me encantaria vivir alla. No solo por el lugar en si, sino por eso que decis de la gente, se conocen entre todos y eso me encanta. La vida en ese tipo de lugares te abre totalmente la cabeza, descubris que hay cosas distintas a la ciudad, aunque hayas nacido en ella, y te guste.
Muy linda tu historia ANDRES, jaja, no sabia que te llamabas asi. Saludos y gracias por compartrla!

Blonda dijo...

Que linda historiaaaa!!!
Me encantó, gracias por compartirla con todos nosotros!

Besos!

Luciano dijo...

Nunca te preguntaste, que hago yo aca? jeje
Pero bueno, es buena la experiencia y el lugar parece hermoso.
Como es la gente ahi? Te saludas con todos, es mas atenta, etc?
Disculpe la curiosidad.

Hurricane dijo...

Flor: La apertura de cabeza que te ofrece el cambio es impresionante, por otra parte es salir de una megaurbe a un lugar donde el asalto a un kiosko sale en primera plana. Todo se reduce de escala y también eso te hace bajar varios cambios.

Pretexto: Y como vos decís, estos cambios fueron necesarios. Ya ahora me siento agradecido de haberlos encarado. La nostalgia me seguirá visitando, pero bueno, también será lindo recordar el terruño.

Blonda: Un placer Blonda, en el próximo post vas a figurar... te dejo la espina.

Luciano: La verdad que me lo pregunto mientras leo tu blog... ¿que hacés en Irlanda?
Acá la gente se saluda y se conoce entre sí. Eso mucho, mucho, todavía no me cae porque soy medio cortado, y por otra parte aquí hay algunas reservas entre poblaciones, dado que la isla tiene su parte chilena y durante el conflicto de Malvinas tuvimos también problemas con ellos, todavía quedan resquemores.

SOL dijo...

gracias por contarlo,yo tb me lo pregunté pero no quise ser molesta,debe ser un cambio super dificil,yo por ej soy rata de ciudad y no podria vivir de otra manera....en serio

Anónimo dijo...

Tierra del Fuego, también conocido como el Fin de Mundo. No creo que halla un sitio mas lejano en La Tierra.
Como me gustaría poder irme también

Ana dijo...

Es una historia linda, esas de cambios positivos, de crisis que dan nacimiento a nuevos horizontes. Creo además que tuviste suerte en que te agarró con tus hijos todavía chicos, que son más fáciles de trasladar e insertar, después, de adolescentes, separarlos de sus amigos, amigobios, etc, es mucho más difícil

Hurricane dijo...

Legally: Yo también me considero rata de ciudad, y ese "encierro" que tenés en una ciudad enorme es lo que mas extraño, pero realmente valió la pena.

Jesús: Aquí tenemos varios carteles publicitarios que hablan del "Fin del mundo", de hecho es uno de los argumentos de Ushuaia "La ciudad mas austral del mundo"

Ana: Así fue con las nenas, todavía eran chiquitas y aparte se daba la situación en TDF tenían algunos primos de su edad (también tíos y abuelos) que veían una vez por año, y eso ayudó.

Pitoti2 dijo...

Realmente hay que ser guapo, para tomar semejante decisión y en ese momento. Me toco pasar una fea en ese momento, por lo que te entiendo, pero creo que esos nuevos aires, si te adaptas siempre vienen bien.
Me emocionó el relato.
Un abrazo.