lunes, abril 02, 2007

Juan y John

Alguna vez, en un par de post un tanto extensos, comenté sobre mi gusto por conocer la historia desde el lado perdedor. La historia que se silencia, que se oculta o aquella que permanece sepultada por la que consideramos "oficial"
Hoy, mientras escuchaba en la radio algunos comentarios referidos al 2 de abril recordaba un poema de Jorge Luis Borges, conocido seguramente por muchos, y que cada vez que lo leo me genera una sensación muy particular, de simpatía por Juan y por John. Porque ellos, cada uno a su modo, fueron perdedores, y esa historia oculta la retrató don Jorge Luis con una situación ficticia, en pocas líneas pero en todos sus aspectos.
Juan López y John Ward
Les tocó en suerte una época extraña.
El planeta había sido parcelado en distintos países, cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico, de derechos, de agravios, de una mitología peculiar, de próceres de bronce, de aniversarios, de demagogos y de símbolos. Esa división, cara a los cartógrafos, auspiciaba las guerras.
López había nacido en la ciudad junto al río inmóvil; Ward, en las afueras de la ciudad por la que caminó Father Brown. Había estudiado castellano para leer el Quijote. El otro profesaba el amor de Conrad, que le había sido revelado en una aula de la calle Viamonte.
Hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara, en unas islas demasiado famosas, y cada uno de los dos fue Caín, y cada uno, Abel.
Los enterraron juntos. La nieve y la corrupción los conocen.
El hecho que refiero pasó en un tiempo que no podemos entender.
Sin yo cometer la torpeza de analizar un poema de Borges. ¿Por qué pienso que ambos perdieron?
Porque pienso en Juan, que es probable que su edad fuese 18 años, que su entrenamiento consistía en unos cuantos gritos dados por oficiales a los que, seguramente, luego no pudo ver. Que tal vez apenas podía manejar un arma.
Porque fue mal pertrechado, mal alimentado y peor contenido.
Porque provenía de un pais sin pasado bélico, cuyas Fuerzas Armadas (por otros motivos) eran históricamente resistidas por sus ciudadanos, y él estaba allí solo por pertenecer a la clase equivocada.
Porque aun a pesar de sus carencias él y otros se esforzaron por darle una leccíon a quien venía. Y él y otros se la dieron. Pero él y otros no lo supieron.
Porque si acaso tuvo una tumba decente, fue porque quien había sido su enemigo se la tuvo que proveer.
Porque Juan no se lo merecía.
Y pensando en John, su realidad era totalmente diferente. Tal vez haya sido un militar de carrera, su equipamiento lo conocía a la perfección.
En su caso, venía con la consigna de defender una nacíon que tiene aproximadamente 1300 años de entrenamiento para la guerra.
Seguramente sus restos fueron recibidos en suelo británico, cubierto su ataud con la Union Jack y mientras le descendían un grupo de gaitas hacía tronar "Amazing Grace" para despedirle.
Pero en él había mas... en su pecho no solo había espacio para medallas. También había intereses, sentimientos, y un corazón.
Él tampoco se lo merecía.
Por eso siento que perdieron. Tal vez uno y otro son héroes en su tierra. Quizás hay dos ciudades que les recuerdan. La una con el "Pasaje López" y la otra con su "Ward Street". Pero recuerdan sus nombres nó sus esencias, ni sus amores, ni sus miedos, ni sus esperanzas, ni lo que verdaderamente les interesaba. Solo recuerdan 74 días de historia.
Es demasiado poco. Cuantos Juan y cuantos John habrá.
Y a ellos, a quienes perdieron de este y del otro lado quiero dedicar estas lineas.

9 comentarios:

r.- el corre ambulancias dijo...

Malvinas es un tema del que trate de aprender y leer todo lo que encontre

y siempre pensè en lo mismo, pobre del soldado clase 62, y tambien del soldado profesional ingles

si pueden, lean "las dos caras del infierno" de vincent bramley, un soldado ingles que junto relatos de 5 compañeros y 5 soldados argentinos, parte el alma

y lamentablemente, para ellos no fueron solo 74 dìas, sino cada uno de los que siguio al 15 de junio de 1982

como dice edgardo esteban: por los que no volvieron, por los que volvieron, y por los que se suicidaron

Alicia R. dijo...

Excelente post. Yo siempre sentí que en la guerra de Malvinas perdimos todos. Sin embargo, no suelo expresarlo demasiado ya que otra gente opina que el motivo de la guerra fue justo y en eso encuentra justificación (¿consuelo?) por los muertos y heridos. Para mí fueron inútiles, por más duro que resulte.

Araña Patagonica dijo...

Solo esto: mucha impotencia por algo que no tuvo que ser.. donde murieron amigos y los que no lo fueron de hambre, de frio y por las consecuencias de la guerra.
Mucho sentimiento de tristeza en el día de ayer por todo lo que pasó y que nunca tendría que haber pasado.

ani. dijo...

Me meto sólo para decir que tal vez, sólo tal vez, si todos tratamos de hablar claramente como lo estamos haciendo aquí, en lugar de no decirlo mucho en voz alta, otros que no lo ven de este modo podrían empezar a entender que rechazar la guerra no es despreciar en absoluto a los combatientes sino darles su justa importancia. La mejor guerra siempre es la que no se pelea.

Gracias Hurri por visitar mi blog, y gracias por recordarme este texto de Borges. Salvada la tarde.

plumetti dijo...

Estoy convencida que lo que menos tiene la guerra son héroes, ni siquiera vencedores y vencidos, solamente tiene gente que sobrevivió para contar el cuento y gente que no volvió nunca mas. El otro dia viendo una película, me preguntaba que sensación indescriptible tendrían los soldados en el frente antes de que empiece todo, esa la de matar o morir, realmente debe ser siniestra.
Besos Hurri. Avisá cuando venís.

Lucy in the sky with diamonds dijo...

BUeno, me hizo recordar a un John (que amo).
John Lennon.
En sí mismo, si uno recorre su vida puede apreciar esa ambigüedad.
La pasó bien, seguro, hizo cosas tremendas, seguro, fue un genio y un hito, sí seguro.
Pero alguien un día decidió matarlo y le apagó su corta vida en pleno crecimiento.
Ganó y perdió.
Todo un mismo John.
Y siempre lo recuerdo, claro.
Saludos, Hurri.

Hurricane dijo...

r.-: Buen dato el del libro. Lo voy a buscar para ver esa faceta.

Alicia: El motivo reconozco que es algo conversable, por lo menos, dado que nos toca de cerca. De lo que estoy seguro es que todo lo demás (oportunidad, logística, etc.) se hizo de la pero forma posible.

Araña: Es un tema difícil... también creo que es algo que no debió ser. Pero trato de comprender a quien piensa que era necesaria una intervención como esa.

Ani.: Coincido en que la mejor guerra es la que no se pelea, así como se afirma que es preferible un mal arreglo a un buen juicio. Pero analizando la historia uno ve que siempre aparece alguno que busca la guerra, no se la encuentra (lamentablemente)

Plumetti: Creo que una de las mejores imágenes que describen esa sensación que planteás es en "Rescatando al soldado Ryan", cuando en el lanchón se acercan al desembarco. Todos descompuestos, vomitando y sin saber qué les espera.

Lucy: De acuerdo con tu comentario uno podría pensar cuantos como Lennon quedaron en las playas de Normandía, o bajo los escombros en Londres, Dresde, Kiev o Hiroshima, o se hundieron en el Arizona o el Hood o el Bismarck.
Asusta suponerlo.
Saludos

Chiara Boston dijo...

En la guerra pierden todos los juanes del mundo, que van engañados a entregar su vida. Ganan los de arriba... si es que ganan... ya ni lo se. El poder es un valor tan efímero!
Me encantó tu post

Pall Mall dijo...

Me gusta tu post e también tu blog. Tanbién ha hecho algo en mi blog cuando fué el 2 Abril, pero és mas técnico (soy periodista) qué emocional. Pero me há gustado de la história de Borges.

Bueno, se quieres visitar mi blog:
www.continental-circus.blogspot.com

És em portugués, no hay problema?