Esta experiencia que comento la he hablado en su momento con el psicólogo. Siempre me resultó interesante dado que fue algo que (seguramente) pactamos sabiendo que no íbamos a cumplir y que, cuando llegó ese día, estuve en el lugar sabiendo que no iba a ver a nadie, pero con la satisfacción del deber cumplido.
Hice la secundaria en el barrio San Telmo. Como el grupo fue mas o menos el mismo durante buena parte de la cursada, con algunos desarrollé una buena relación. En 1985 llegó el momento del último año y cuando lo estábamos finalizando, a uno de los que componía el grupo habitual de trabajo se le ocurre “che, tendríamos que quedar en una fecha para encontrarnos en el 2000 ¿no?”
Obviamente lo miramos con caras de hermano, faltan quince años para eso. Pero vaya a saber uno por qué motivo nos gustó la idea de fijar una fecha.
El desafío era encontrar una fecha que nos resultase significativa y que recordásemos todos (esos todos éramos los cinco que siempre hacíamos los trabajos juntos) y entonces se puso de manifiesto un gusto que compartíamos, el automovilismo.
Tres años antes, durante las pruebas de clasificación del Gran Premio de Bélgica de 1982, a raiz de un espectacular accidente perdió la vida uno de los pilotos del equipo Ferrari, el canadiense Gilles Villeneuve.
Gilles era un verdadero personaje. Siempre al límite sin importar como estuviera su auto ni la posición que defendiera, durante su corta carrera tuvo hazañas épicas (duelo con Arnoux en Francia’79) y accidentes en los que no se entendía como salía sin lesiones (Fuji’77 Imola’80 entre otros).
Pues bien, el 8 de Mayo de 1982 a la 15:00 Gilles venía detrás del March de Jochen Mass y al intentar superarlo, o el canadiense quedó corto en la maniobra, o el alemán no le entendió. Lo cierto es que al cerrarle un poco el paso la Ferrari se montó sobre la parte trasera del March y, literalmente, despegó. Golpeó contra una de las barreras de protección y allí Gilles salió despedido del habitáculo, volteó con su cuerpo la primer hilera de alambrados y quedó desnucado junto a la segunda.
Los cinco éramos fanas de Villeneuve, de modo que el lugar y día del encuentro a producirse quince años después sería en la esquina del colegio (Perú e Independencia) el 8 de mayo del 2000 a las 15:00.
Pasaron los años, de los chicos nunca mas tuve novedades, pero no me olvidaba del pacto que habíamos hecho.
Cuando llegó el año 2000 y renové mi agenda, enseguida anoté en la columna correspondiente al 8 de mayo 15:00 esquina del Huergo.
En esos momentos trabajaba como asesor de equipamientos para una empresa, de modo que tenía distintos clientes para poder ir a ver. Ya en lo días anteriores acomodé las cosas para poder estar en la esquina del Colegio ese día y a esa hora.
Como lo mencioné, esto es algo que finalmente cumplí porque no podía dejar de hacer. No esperaba encontrar a nadie. De hecho, estuve unos diez minutos en la esquina y después seguí muy tranquilo mi camino. Tampoco el tema pasa por recriminar a mis compañeros el que yo estuve y ellos no, nada que ver, lo tenía que hacer porque yo había dicho que si, y de no haber concurrido al lugar, estoy seguro que la incertidumbre de haberle fallado a alguien me hubiese acompañado quien sabe por cuanto tiempo.
Porque prefiero pensar que se olvidaron del pacto, a que se olvidaron de Gilles.
Hice la secundaria en el barrio San Telmo. Como el grupo fue mas o menos el mismo durante buena parte de la cursada, con algunos desarrollé una buena relación. En 1985 llegó el momento del último año y cuando lo estábamos finalizando, a uno de los que componía el grupo habitual de trabajo se le ocurre “che, tendríamos que quedar en una fecha para encontrarnos en el 2000 ¿no?”
Obviamente lo miramos con caras de hermano, faltan quince años para eso. Pero vaya a saber uno por qué motivo nos gustó la idea de fijar una fecha.
El desafío era encontrar una fecha que nos resultase significativa y que recordásemos todos (esos todos éramos los cinco que siempre hacíamos los trabajos juntos) y entonces se puso de manifiesto un gusto que compartíamos, el automovilismo.
Tres años antes, durante las pruebas de clasificación del Gran Premio de Bélgica de 1982, a raiz de un espectacular accidente perdió la vida uno de los pilotos del equipo Ferrari, el canadiense Gilles Villeneuve.
Gilles era un verdadero personaje. Siempre al límite sin importar como estuviera su auto ni la posición que defendiera, durante su corta carrera tuvo hazañas épicas (duelo con Arnoux en Francia’79) y accidentes en los que no se entendía como salía sin lesiones (Fuji’77 Imola’80 entre otros).
Pues bien, el 8 de Mayo de 1982 a la 15:00 Gilles venía detrás del March de Jochen Mass y al intentar superarlo, o el canadiense quedó corto en la maniobra, o el alemán no le entendió. Lo cierto es que al cerrarle un poco el paso la Ferrari se montó sobre la parte trasera del March y, literalmente, despegó. Golpeó contra una de las barreras de protección y allí Gilles salió despedido del habitáculo, volteó con su cuerpo la primer hilera de alambrados y quedó desnucado junto a la segunda.
Los cinco éramos fanas de Villeneuve, de modo que el lugar y día del encuentro a producirse quince años después sería en la esquina del colegio (Perú e Independencia) el 8 de mayo del 2000 a las 15:00.
Pasaron los años, de los chicos nunca mas tuve novedades, pero no me olvidaba del pacto que habíamos hecho.
Cuando llegó el año 2000 y renové mi agenda, enseguida anoté en la columna correspondiente al 8 de mayo 15:00 esquina del Huergo.
En esos momentos trabajaba como asesor de equipamientos para una empresa, de modo que tenía distintos clientes para poder ir a ver. Ya en lo días anteriores acomodé las cosas para poder estar en la esquina del Colegio ese día y a esa hora.
Como lo mencioné, esto es algo que finalmente cumplí porque no podía dejar de hacer. No esperaba encontrar a nadie. De hecho, estuve unos diez minutos en la esquina y después seguí muy tranquilo mi camino. Tampoco el tema pasa por recriminar a mis compañeros el que yo estuve y ellos no, nada que ver, lo tenía que hacer porque yo había dicho que si, y de no haber concurrido al lugar, estoy seguro que la incertidumbre de haberle fallado a alguien me hubiese acompañado quien sabe por cuanto tiempo.
Porque prefiero pensar que se olvidaron del pacto, a que se olvidaron de Gilles.
14 comentarios:
Hurri, me parece muy fuerte la anécdota, y además quiero contarte que esa fecha (el día y el mes) es muy importante y muy triste para mí.
Esas son las cosas que lo hacen un hombre íntegro a uno. Por más que fuera una cosa de adolescentes, el mantener la palabra, recordar una promesa y cumplirla, no es un dato menor. Creo que buena parte de los problemas actuales surgen a raiz de la pérdidad de la palabra de honor, con todo lo que ello implica.
Mis más sinceras felicitaciones y mi admiración.
mi tío, decía que la gente se conoce por el cumplimiento de su palabra, un gusto conocerte!
saludos,
hurri: yo me acuerdo de cuando se mató Villeneuve, porque en mi casa se veían las carreras de formula uno y tambien porque ibamos a ver TC y esas cosas y luego fuimos perdiendo la costumbre.
Yo también fui el día señalado por el pacto que hicimos con mis compañeras y eramos tres o cuatro (lo nuestro era una vez por mes, cosa que luego nos dimos cuenta de que siendo tan frecuente, nadie lo iba a cumplir). Con el tiempo nadie más fue.
Pero con mis compañeras (unas 6 u 8) nos seguimos viendo al menos 2 o 3 veces al año.
Un beso grande!
El viernes que viene tengo el reencuentro (organizado por el colegio) con mis compañeros de primaria con quienes terminé 9no. Cuando egresamos nos habían dejado esa promesa de llamarnos después de cinco años y charlar entre todos qué fue de nuestras vidas.
Estoy esperando ese momento desde que terminé aunque, para ser sincera, en el último tiempo supuse que se habían olvidado y no nos iban a llamar.
A muchos de mis ex compañeros hace cinco años que no los veo ni sé nada de ellos... sólo espero que estén, me gustaría saber qué fue de sus vidas.
Cp: Creo que eso es lo mas interesante, no esperaba a nadie, pero yo había dicho que sí entonces no podía faltar.
Dolly: Lamento si te traje algún mal recuerdo, espero que en un futuro la fecha deje de ser triste y sea solo importante.
Pitoti: Gracias, no me constituyo en un ejemplo por esta anécdota, pero estaría bueno que nos acordásemos mas de lo que pactamos con los demas.
Lis: Del mismo modo, y bienvenida. Gente como la que postula tu tío es la que uno busca para poder confiar.
Araña: Que bueno que se sigan viendo. Es lindo mantener esos vínculos a través del tiempo.
Jes: Me alegro por ese encuentro! Espero que lo pases bárbaro y luego comentanos como anduvo todo.
Uy que fea sensación me dió.
Te imaginé parado esperando un encuentro, hubiera sido emocionante no que alguien mas se hubiera acordado de ese pacto de caballeros.
Ahora, creo que el haber ido a una cita 15 años después te hace realmente un tipo de palabra.
Que historia, no se puede decir que no eres perseverante.
Me hizo cosita en el pecho... Me encantó lo que hiciste... yo hubiese hecho lo mismo.
Te cuento un secreto: yo me encontraba con EL en la Plaza San Martin, acá en Cba. Un dia dijimos ¨vamos a juntarnos acá siempre, todos los viernes a las 13.45¨. Y EL se fue, me dejó y yo (si no estoy laburando) lo voy a esperar todos los viernes a las 13.45.
De alguna forma lo relacioné con esto. Yo jamás espero encontrarlo, porque sé que no va a estar ahí y lo comprendo. En ese caso nos pasa lo mismo, vos estabas convencido de que ahi mo iba a haber nadie. Pero voy porque nos lo prometimos mutuamente, y a pesar de que la relación terminó hace rato y yo ya lo estoy alejando de mi corazón, lo voy a seguir haciendo hasta que rompamos la promesa o algún día lo encuentre y EL me explique que no tengo que esperar nada.
No te desilusionaste porque sabías que no iban a ir. Pero fuiste y cumpliste con tu palabra y eso es lo mejor que podías haber hecho. Yo te felicito, por esa fidelidad a tu palabra... dijiste que ibas a estar y estuviste.
Besos.
Como duelen esas desilusiones!
Pero hiciste bien, fuiste fiel a lo que sentiste hacer en ese momento. A tu palabra, a tu compromiso del corazón.
Esta anécdota habla de una gran entereza y de una gran humanidad :)
Un beso.
Me gustó tu anecdota y coincido en que muestra perseverancia y darle importancia a la palabra, mas allá de lo que hagan los demás. Me hizo acordar cuantas veces calculé cuantos años tendría en el 2000, soñé con como estaría, etc, cuando todavía faltaba tanto... y ahora como en un suspiro ya quedó atrás.
Plumetti: Y puede ser que alguien se acordase, pero tal vez no creyeron que otro vaya a ir.
Jesus: Gracias, a veces mas cabezadura que perseverante
Flor: Mirá vos, también con una historia de encuentros. Por lo pronto quien haya visto tus fotos ya sabe donde y cuando encontrarte.
Besos
Magic: Gracias. No fue una desilusión, realmente no esperaba a nadie. Fui a cumplir mi palabra y nada mas.
Ana: Jeje, yo también hacía esos cálculos y me parecía una eternidad todo lo que faltaba... y ya pasó.
Qué lindo texto!! Me encantó el paralelismo de tu fidelidad.
Es digno de publicarse.
Un beso, zorzal fueguino!
La última anónmima soy yo...LauraBaires
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