Ayer durante la tarde fui con dos ingenieros a la planta. Había que verificar un par de trabajos para hacer, tomar distancias y niveles, etc.
En un momento, mientras caminábamos entre los tanques de petróleo, uno de ellos recibió un llamado y el restante y yo nos pusimos a charlar sentados sobre los caños de la red contra incendio.
El día estaba espectacular, cielo celeste y sin viento, nosotros dentro del pretil escuchábamos el eco de nuestras voces y de los chillidos de las aves contra el tanque que teníamos a unos treinta metros.
Al rato, junto a las piletas donde se acumulan los fluidos de fondo de tanque, tomamos unos puntos con el teodolito y clavamos unas estacas para un replanteo. Ese momento estaba aromatizado con el hidrocarburo que está en esas piletas, cada tanto salía a la superficie una burbuja de gas emitiendo un bluuup.
Todo, pero todo, envuelto en una tranquilidad que no tiene comparación.
3 comentarios:
yo vivi un par de años en la patagonia....y si bien ud esta mas pa' abajo le juro que eso debe ser una de las pocas cosas que extraño....la tranquilidad y el cielo azul
Se me hace que los quilombos dentro de un entorno tan apacible deben verse envueltos por un estado de serenidat incomparable!!!
P.D.:Me debo una visita a esos lares tan australes del paìs... :)
BESITOS AROMATIZADOS ♣
chicote: Es que vale la pena realmente, mas allá de la distancia (que es importante) se compensa bastante con la paz que hay.
gabu: Exacto. Hay quilombos como en toooodos lados, pero no es lo mismo enquilombarse en Corrientes y Maipú escuchando bocinazos que acá escuchando el viento. Otros para vos.
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