Hoy hace 34 años fué el día mas negro en la historia de la Fórmula Uno.
Alguna vez mencioné que, entre los logros que debían reconocérsele al Lole, estaba el haber corrido en la máxima categoría en una época en la que morían uno o dos pilotos por año. Aquellos autos no perdonaban errores, los circuitos tenían algunas falencias que hoy nos parecerían inconcebibles (por ejemplo François Cevert en 1973 y Helmut Koinigg en 1974 murieron decapitados por guard-rails defectuosos) y hasta los auxiliares de pista carecían del equipamiento y entrenamiento necesarios.
Williamson era un piloto inglés, de Leicester, que se había destacado en categorías menores y trabajosamente llegó a competir en Fórmula Uno. Su debut se produjo con un March 731 en el Gran Premio de Inglaterra de 1973, que se disputó en Silverstone. Quedó involucrado en el accidente múltiple que generó Jody Scheckter al iniciarse la segunda vuelta, de modo que apenas alcanzó a dar un giro en esa carrera.
El Gran Premio siguiente sería el de Holanda, en el circuito de Zandvoort, el 29 de Julio de 1973.
En la octava vuelta el reventón de uno de los neumáticos delanteros provocó que el March golpease contra uno de los paredones del costado de la pista y volcase. En esa posición atravezó la cinta asfáltica recorriendo algunos metros mas, se detuvo y empezó a arder.
Detrás de Williamson, con otro March circulaba el también inglés David Purley (amigo personal de Wiliamson) quien al ver el accidente detuvo su auto y corrió hacia donde estaba el accidentado. Hasta ese momento no todo el auto de Roger había tomado fuego y un par de auxiliares de pista también llegaron al lugar.
Williamson estaba perfectamente consciente dentro de su auto y, según declaró durante años Purley, le gritaba que lo salvase. Ante la inacción de los auxiliares, Purley mismo trataba de dar vuelta el March y de apagar el fuego con uno de los extintores mientras los que deberían haber tratado de salvar a Roger intentaban alejarlo de las llamas. Si observan el video podrán ver cuatro inútiles que miraban. Esos eran los encargados de la seguridad.
Ningún otro piloto se detuvo. Luego adujeron que no se les avisó (lo cual es cierto) y que la imagen daba la sensación que el accidentado era Purley y que, habiendo salido de su auto, trataba de apagarlo (lo cual es probable).
Williamson murió por asfixia, naturalmente también se quemó, pero de haber contado con una mínima ayuda se podría haber salvado sin inconvenientes. David Purley por su actitud recibió dieciseis premios y medallas de toda clase en varios lugares del mundo.
En 2003, cuando se cumplieron treinta años, me comuniqué con el Leicester Mercury para conocer los homenajes que, sin dudas, le iban a hacer. Los ingleses agradecieron el interés, me comentaron por mail que ese día se inauguraría en Donington una estatua de Roger con la presencia de su hermana, Barbara Upton y me enviaron un ejemplar del diario a mi casa.
Vaya entonces para un muy buen piloto este sencillo homenaje.
Saludos a todos