Estaba hoy recordando algunas características de mis abuelos y, realmente, cuando uno hurguetea en su memoria vuelven muchas cosas queridas, creo que valió la pena el ejercicio.
Mis abuelos paternos eran Luis (Tuta) y Carmen (Gordi). Del Tuta es de quien menos recuerdos tengo, porque se me fue cuando yo tenía seis años. Tal vez por lo poco que lo disfruté es el motivo por el cual es intocable, y cuando descubro o me cuentan que alguna característica mía se le parece, me inflo de orgullo.
Era hincha de Boca, recuerdo haber visto en casa de los abuelos un llavero que el tenía y que decía algo así "25 de Mayo de 1975 Inauguración del nuevo estadio en la Ciudad Deportiva" haciendo referencia a un estadio que iba a construir el presidente de Boca Alberto J. Armando y que finalmente no se concretó. Jugaba al billar, alguna vez lo fuimos a buscar a un café y billares que estaba cerca de Boedo e Independencia, el taco del abuelo lo tiene mi papá.
En una de las últimas mudanzas que hizo mi abuela (él ya había fallecido hacía tiempo) abrió un cajón y me dió una cajita que contenía su brocha y su máquina de afeitar. Durante un tiempo lo tuve guardado y luego compré algunas hojas y estuve afeitándome con la máquina del abuelo. Antes de venirme para Río Grande le dí esa caja con su contenido a mi papá (porque a mí se me ocurrió correcto) y, para ser honesto, no se si hice lo que realmente quería.
Yo empecé a perder el cabello a los 18 años, él también. Y cuando alguien me consulta sobre el tema de mi calvicie, mi respuesta suele ser "si mi abuelo no tenía pelo ¿quien soy yo para andar con pelo por ahí?"
La abuela Carmen... ¿vieron la película Elsa y Fred, la de China Zorrilla? Bueno, ella se parecía al personaje de China. Barullera, te enloquecía con sus idas y vueltas. Tenían tres nietos (mis dos primos y yo). En unas vacaciones en Santa Teresita, estábamos todos juntos y un día en la playa, durante una sesión de fotos familiares, estábamos los tres nietos junto a la abuela. Quien sacaba la foto nos dice "abracen a la abuelita", y los tres, sin ponernos de acuerdo ni tener nada premeditado hicimos el ademán de estrangularla. Así salió la foto, que está en algún álbum en casa de mis viejos.
La casa que tenían y que recuerdo de chico estaba en Pedro Goyena al 100. Cuando hace unos años me enteré que la demolieron para construir en el terreno un edificio, sentí que una porción grande de mi infancia se había ido en esa demolición.
Mis abuelos maternos eran José (Pepe) y Elena. Vivían en Mar del Plata, de modo que los veía dos o tres veces por año.
Pepe no era el padre de mi mamá sino el esposo de la abuela, pero yo siempre lo conocí a él, de modo que oficialmente quedó establecido como el abuelo. Suboficial retirado de Gendarmería, sus anécdotas en la Fuerza eran variadas,
Fanático al extremo de River. Él fue uno de los fundadores de la filial Mar del Plata de River, conocía a los jugadores y para las fiestas solía recibir una tarjeta del presidente de River Aragón Cabrera, que exhibía con orgullo y colocaba en el centro de la mesa.
Si estábamos en Mar del Plata, acostumbrábamos ir a ver los partidos de River en las copas de verano. Como en otro momento mencioné, estuve junto con el en aquella victoria del millo 5-4 frente a la Selección de Polonia. También la noche cuando River no salió a la cancha a jugar contra Peñarol de Montevideo (cuando en el equipo uruguayo estaba el Potrillo Morena), por temas contractuales. El estadio lleno, Peñarol en el campo de juego y River en el hotel. El abuelo estuvo intratable por dos días.
Elena era una cocinera espectacular y sus hermanas también. Cuando en alguna festividad algunas de ellas se juntaban eran, por supuesto, las encargadas de la comida. Entonces se generaba una especie de "competencia" por ver quien hacía tal o cual cosa mejor. Los que nos encargábamos de hacer desaparecer la producción, agradecidos.
Ellos tenían una heladera con freezer de las primeras que habían salido, con el freezer al costado. Bueno, ni en la heladera ni en el freezer entraba nunca nada, tal era el volumen de comida que solía haber.
También preparaba licores con cualquier cosa, hay un licor de vino cuya receta rescató mi mamá que es espectacular.
Ninguno de los cuatro está en la actualidad. A veces me pregunto si les dediqué el suficiente tiempo. Si así no fue, sé perfectamente que no lo toman en cuenta.